malas compañías

untitledLa imputación de la Infanta Cristina se presta a que los clientes del circo manifiesten su opinión aplaudiendo, abucheando o sorprendiéndose de la actuación de quien está en la pista central, pero yo prefiero analizar los hechos con cierta frialdad porque no me debo a ningún público que me aplauda o dé sus votos, ni tampoco formo parte de la cofradía de los que le gritaban enardecidos al César en Roma que pusiese el pulgar hacia abajo y condenase a muerte al gladiador.
1. El juez Castro ha hecho lo que creía en conciencia y en justicia que tenía que hacer, y ha querido preservar fuera de toda duda que “la justicia es igual para todos”.
2. El fiscal sostiene – como hasta hace poco el mismo juez – que no existen indicios suficientes que acrediten que la infanta interviniese en la gestión cotidiana de los negocios de su marido.
3. Estar imputado no es estar condenado y algunos expertos jurídicos han dicho en las últimas horas que el hecho de que “un cónyuge conozca irregularidades cometidas por su marido no le convierte en cómplice”.
Dicho esto se me ocurren varias consideraciones.
1. Es bueno para no perjudicar más la deteriorada imagen de la monarquía que la infanta comparezca ante el juez y aclare lo que su señoría le pregunte. Lo contrario habría supuesto una duda insuperable de un trato de favor.
2. La justicia, con todos sus defectos, es el único poder del Estado que en estos momentos está salvándose de la imagen negativa que salpica al resto de las instituciones.
3. Estamos viendo que en España imperaba la cultura del “todo vale”, “coge el dinero y corre” o, como dijo hace algo más de dos decenios Carlos Solchaga “España es el país en el que uno se puede hacer rico en menos tiempo”. Claro que el ex ministro socialista se refería a que el nuestro era un país de oportunidades, y los trincones de última generación lo han entendido como que la caja de los dineros del Estado estaba a su disposición.
4. Las malas compañías siempre llevan al mismo sitio e Iñaki Urdangarín, así como Diego Torres han demostrado ser unos amorales y cuando una mujer se casa con uno de ellos, acaba ante el juez.

7 comentarios en “malas compañías

  1. No pretendo hechar leña al fuego pero no me cuadra que si mi mujer conoce mis andanzas ella no sea complice máxime cuando el regimen como en mi caso y el de muchos matrimonios, es de gananciales es decir que el fiscal se equivoca. Sacando conclusiuones nos encontramos que apelando o aplicando al mismo criterio, no se debiera de haber imputado o al menos existirían dudas legales, a la mujer del socio de Urdangarín con lo cual a mi modesto entender, o bien no se imputa a ninguna de las esposas, o a las dos para así, no dar muestras de falta de imparcialidad o darlas de parcialidad por parte del fiscal que solo recurre la imputación de la Infanta. La mujer del Cesar no solo debe parecer honesta además, debe de serlo Sr. Fiscal…..

  2. Diego, con tu permiso voy a exponer lo que opino del último punto, de la mala compañía

    Iñaki Urdangarín no se casó enamorado, la infanta sí, ó al menos, encaprichada. Hay que recordar que fué ella quien le echó el ojo en las olimpiadas de Atlanta y se tragó todos los partidos de balonmano que pudo símplemente para verle. Él, sabedor de su éxito con la infanta, se apresuró a dar entrada, sabedor de a quién abría la puerta, y olvidando el compromiso matrimonial que habia dejado en Barcelona con otra chica. Esta afortunada ex-novia se enteró de que Iñaki ya no era su novio a través de una amiga que le refirió que su novio estaba saliendo en imágenes en tv porque la Casa Real estaba anunciando oficialmente su compromiso con la infanta. Para ese momento Iñaki ya le habia limpiado 400.000 pesetas (suyas, no de Iñaki) que tenia en una cuenta en común con él. Este chico se jactaba de no pagar el impuesto de circulación de su moto y de no pagar las muchas multas de tráfico. Era un cara en toda regla. Ella lo sabía y no le importó. Se sabe que cuando se enteró de que Iñaki tenia novia quiso investigarlo todo sobre ella y sus amistades. Poco le importó cómo se las gastaba el susodicho, que estaba a dos-tres meses de casarse con otra. Ella lo quería asi , así que ahí tiene el resultado.

    • Lucca, te agradezco tu aportación sobre la figura del duque aprovechado .Lo de su ex novia lo sabia, aunque ignoraba que le hubiese «limpiado» 400.000 pesetas, ni que presumiese de no pagar deudas o multas.Un saludo.

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