el país de «y viceversa»

Yo estoy pensando en darle un consejo malévolo a todos los dirigentes de los partidos políticos: echen a sus tesoreros antes de que se la líen, ahora que están a tiempo.
No les voy a pedir a esos dirigentes que sean honrados, ni que eviten financiarse irregularmente, ni tampoco que dejen de cargar a las cuentas de sus partidos gastos injustificables. La edad de la inocencia ya pasó hace mucho tiempo para ellos, y por supuesto también para mi, y no es cuestión de recuperar la ingenuidad perdida, aunque algunos sí podrían intentar conservar algo de vergüenza torera y coger el toro por los cuernos. Pero como eso no va a suceder ¡Echen a sus tesoreros a la puñetera calle!
La historia de la corrupción de nuestros partidos políticos viene de muy lejos y algunos partidos supieron resolver por las bravas los casos en los que uno de los suyos cometía el error de intentar ser honrado. Alonso Puerta, primer teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Madrid fue expulsado del PSOE porque denunció que su partido trincaba gracias a una adjudicación irregular de contratas de basura. Desde entonces hasta el día de hoy no está limpio de pecado ningún partido político español que haya tocado poder y administrado presupuestos.
Sentado este principio de lo que se trata es de que no les pillen y el mayor peligro lo tienen en sus tesoreros, que junto con el dinero B guardan los secretos más comprometedores y las pruebas más acusatorias contra quienes les han nombrado. Así que…¡échenles! Si se quieren proteger, porque es posible que alguno de ellos haya tomado nota y esté haciendo lo mismo que el del PP que ahora está entre rejas,
Me da la sensación de que el más golfo y maquiavélico de todos los que han existido es Luis Bárcenas (que por algo, con acierto, le llamaban “el cabrón”), porque durante años se ha estado protegiendo del momento presente que sabía que en algún momento iba a llegar, y no me extrañaría que incluso hubiese contratado a algún detective privado para seguir a sus jefes y reunir alguna otra prueba comprometedora que les afecte no ya a su vida política sino personal.
Lo malo de todo esto es que, con la que está cayendo y con la de problemas de toda índole que hay que resolver, la agenda política de España la está marcando un presidiario, y se la está marcado tanto al PP como al PSOE. Ambos partidos están metidos en el laberinto del tú más y cuando se reactive el tema de los ERES y Griñán haga el paseíllo por la Audiencia Nacional o el Tribunal Superior de justicia de Andalucía, tendremos una nueva ración de acusaciones y los supuestos honorables de hoy se convertirán en supuestos deshonestos, porque éste es el país del… y viceversa.